Tal y como establece la Ley de Voluntariado 4/2001 de 19 de Junio, las entidades de voluntariado deberán formar a los voluntarios a tres niveles:
- Básico
- Específico
- Especializado
Por ello, desde la Oficina del Voluntariado, pretendemos dar a los voluntarios esa formación para que su acción sea lo más eficaz y eficiente posible, optimizando, de esa manera, esfuerzos y recursos, certificando la asistencia.
La formación básica es necesaria para toda persona voluntaria, por eso cada trimestre se realizará una edición de estos cursos.
El resto de la programación se irá estableciendo en función de las necesidades.
CURSOS
- Un ladrón llamado Alzheimer
- El niño de 6 a 12 años
- La animación y sus herramientas básicas: el juego y el taller
- Los otros niños: La discapacidad
- Habilidades Sociales avanzadas
- Comprender la fibromialgia
- Alcoholismo y conductas adictivas
- “Yo te muevo”: movilización y transferencia en las personas dependientes
- Nuevas tecnologías al alcance de todos: Facebook, blog, Internet,….
Si quieres participar en alguno de los cursos inscríbete en la “Oficina del Voluntariado”. Son plazas limitadas. Se comunicarán las fechas de inicio y finalización de cada uno de ellos con la suficiente antelación.
EL ÁRBOL DE LA GENEROSIDAD
Cada vez que se acaba un curso de formación básica del voluntariado, al tiempo que se les entrega el diploma acreditativo de su participación, cada uno de los participantes cuelga en " el árbol de la alteridad " un mensaje, un pensamiento o un sentimiento sobre el hecho de ser voluntario.
Comenzó siendo un árbol seco, desnudo; sin embargo, hoy sus ramas muestran la hermosura que emana del
" darse a los otros ".
¡Seguro que llega a ser uno de los más frondosos de nuestra localidad!
Cada vez que se acaba un curso de formación básica del voluntariado, al tiempo que se les entrega el diploma acreditativo de su participación, cada uno de los participantes cuelga en " el árbol de la alteridad " un mensaje, un pensamiento o un sentimiento sobre el hecho de ser voluntario.
Comenzó siendo un árbol seco, desnudo; sin embargo, hoy sus ramas muestran la hermosura que emana del
" darse a los otros ".
¡Seguro que llega a ser uno de los más frondosos de nuestra localidad!
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro papá y nuestra mamá, nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies, cosquillitas a nuestro estómago, etc.
También existen aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es darnos cuenta que aquellas que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por causalidad
J. Luis Borges